Los Cautiverios de las mujeres en la cultura patriarcal.

La antropóloga Marcela Lagarde en sus estudios de género reconoce el hecho de que la mujeres vivimos distintos tipos de cautiverios, que estamos inmersas en una cultura patriarcal dominante, en la que los hombres, sus instituciones, intelectuales y su palabra creadora, han sido quienes han elaborado esa identidad simbólica de las mujeres.

Franca Basaglia ha definido a la mujer como un ser-de-otros y ha planteado que su condición opresiva esta estructurada en torno a dos ejes: la sexualidad escindida de las mujeres y la relación de subordinación al  el poder.

Históricamente existe una dependencia vital, sujeción y servidumbre voluntaria de las mujeres en relación con un mundo que las considera como un ser-de-otros.

El cautiverio de las mujeres se expresa en la falta de libertad sobre su propia vida/cuerpo, entregado a estereotipos fijos y contundentes como la maternidad de la madresposa, la conyugalidad con su dependencia vital hacia el otro, a la sexualidad procreadora, al padre en la casa familiar, al Dios de las monjas con quien establecen una especie de vínculo conyugal

La sexualidad escindida, el erotismo negado, como tabú  o apartado exclusivamente su uso y expresión para aquellas mujeres que son categorizadas como "putas" cautivas a su vez en un erotismo para el placer de los otros.

Pero aun quedamos las locas aquellas que estamos fuera del dominio patriarcal y  de toda categorización o sometimiento , como entes incompletos, como territorios defensivos que no se dejan dominar por los otros  o someter. Aquellas que como mecanismo de defensa enfrentamos procesos complejos, dolorosos y conflictivos, en mayor o menor grado. Pero estas mujeres viven estos desfaces como producto de su incapacidad para se mujeres "comme il faut" y lo viven como una perdida , como una muerte y como locura.

Alexandra Kollantai desde hace años señalo el hecho de que las mujeres frente al Estado están incorporadas como una minoría política a pesar de su mayoría social,

En conclusión se ha especializado a la mujer de manera exclusiva en la reproducción privada y personal de los otros, de la sociedad, de la cultura. Se la ha confinado a espacios, tiempos y territorios exclusivos, a disposicón de los otros y bajo el dominio de los hombres y las instituciones patriarcales y clasistas. Su ser se ha escindido a partir de la especialización de su sexualidad, que no puede integrar su sexualidad procreadora y erótica, así como sus otras actividades, a su vez escindidas de ésta. Y todas estas características históricas asignadas a las mujeres han sido consideradas naturales e inherentes a su feminidad.

Continuará.

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