Reconciliándome conmigo mismo


Muchos años me desconocí,
me olvidé de quién era
 y me disolví.

Dejé de quererme por querer a los demás,
dejé de verme en el espejo sin importarme mas.
Hoy recuerdo quien soy
escucho a quien habita en mi.

Tiernamente la observo y es la misma
niña, adolescente y mujer frágil, pero fuerte,
 es todas ellas al mismo tiempo y a la vez.
Ella es quien siempre ha sido,
 quien debía y tenía que ser.

Ahora reconciliadas no la juzgaré más,
la comprendo, la reconozco y la acepto tal cual es.
Tomo su mano, le pido perdón por mi ausencia
y le prometo acompañarla
el resto del camino que nos queda por delante.

Desde hoy seremos amigas, las mejores,
seré su madre, su hermana, su mejor amiga
 y será muy divertido recuperar el tiempo perdido
 y reírnos de lo que aún nos falte por vivir.

28/ julio/2015

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